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Rated: GC · Book · Adult · #1009350
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#371764 added November 9, 2006 at 11:18pm
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Captulo 1: Planes Aguados
Fabiola y Julio desayunan en el comedor de su casa. Mientras ella piensa en todas las formas en que puede hacer para distraerlo de sus planes para esta semana. Julio en cambio solo piensa en sus sospechas de que Fabiola le es infiel porque desde hace unos días se muestra mucho más alejada. En estos cinco años de matrimonio nunca han tenido peleas serias como le habían dicho que tendrían y hasta hace un mes ella era muy atenta. En cambio este mes, había dejado de cocinar en dos ocasiones porque "se le olvidó", se había quedado dormida hasta tarde varios días seguidos, ya no lo llamaba para almorzar juntos, entre otras cosas.

--Hoy es un día hermoso para irnos de tiendas, ¿qué te parece?—dijo Fabiola con voz coqueta a su esposo.

--Si no tuviera que trabajar, claro sería maravilloso. Además hoy estoy muy cansado.—le respondió Julio, mientras cortaba un pedazo de “pancake” de su plato.

--Bueno, y ¿qué te parece si entonces vamos al cine ésta noche?

--Sólo piensas en gastar el dinero que me sacas, ¿verdad? Tus frases siempre son: compramos, salimos, comemos fuera… La gasolina cuesta, la comida cuesta, como para desperdiciarla. ¿Acaso es que no toleras estar en la casa con tu marido todas las noches.

--Cariño, lo siento es que como no tengo carro y aquí no hay mucha transportación pública, de vez en cuando se me antoja salir y no lo logro cuando tú no estás, así que prefiero pedirte que me acompañes.

--Entonces vamos a acordar que todos los miércoles, que son mi día libre salimos a las tiendas que sean necesarias. Así yo te dejo en los centros comerciales y te recojo en la tarde luego que termine de hacer mis cosas. ¿Qué te parece?

--De acuerdo, entonces mañana me dejas en un lugar donde pueda cojer una guagua pública y haces lo que tengas que hacer en la calle.—Se levanta de la mesa y recoje los platos. Se detiene un momento y besa a Julio en la frente—Gracias mi amor, Te amo.

Julio se levanta de la mesa molesto con la actitud de su mujer pero prefiere no hacer nada al respecto. Sabe que nunca gana la batalla con ella. Ella siempre está pensando en otras cosas y rara vez se da cuenta de las emociones de las personas que la rodean. Va a la cocina y escucha un leve susurro así que sin hacer ningún ruido acerca su oreja a la puerta para escuchar lo que su mujer le dice.

--No, ya te dije, no tiene ni la menor sospecha. Le dije que mañana me deje en un lugar donde yo pueda tomar una guagua pública y en lugar de montarme en la guagua te llamo para que me recojas… (un breve silencio) yo mañana te dejo saber cuando te llame. Eso sí necesito que mejor nos encontremos allá para no levantar sospechas. Yo voy a llamar hoy por la noche a mi mamá frente a él y le hago creer que es con ella que me voy a encontrar, como el no la tolera sé que no me va a pedir que acompañarme. Bueno, te dejo porque debe estar por irse y no quiero que me escuche.

Julio regresa a la mesa y hace como que está leyendo el periódico. No puede aún despertar de su asombro al saber que su esposa lo engaña y no ha dado ninguna señal de ello. Todo lo contrario, se puede decir que es él quien la está engañando si los estándares fueran ciertos. No, no va a permitir que ella continúe su farza. La va a descubrir.

Fabiola se le acerca y le dá un beso.

--Cariño, voy a hacer mis quehaceres. Si necesitas algo me llamas. ¡Por cierto! Antes que se me olvide. Te llamaron ayer de la farmacia para avisar que tu receta está lista. Dicen que la encargaste hace dos días y no la has ido a recoger.

--Sí, se me había olvidado. Bueno, cariño ya me voy a trabajar. Hasta la noche.—Salió de la habitación sin despedirse tan siquiera.

Fabiola salió hacia su cuarto y comenzó a recoger de camino al mismo. Al llegar allí se percató que Julio no se había despedido de ella. Con sospecha verificó si se había llevado todas las cosas del trabajo o si las había dejado en el pasillo de la puerta. Efectivamente allí estaban sus cosas. Un escalofrío recorrió su cuerpo mientras miraba por la ventana. No había ido a trabajar. ¿La habrá escuchado hablando por teléfono? ¿Qué habrá pensado si la escuchó? ¿Sería por eso que se molestó? Rápidamente preparó el almuerzo, más temprano que de costumbre. Procedió con el resto de la limpieza y encargó unas flores por teléfono. Acto seguido se fué a la biblioteca a hacer sus citas del día. Cambio todas las que tenía para el día siguiente y llamó luego a su esposo.

En la llamada que hizo supo que el no vendría a almorzar el día de hoy. Un escalofrío aún más fuerte que el anterior le recorrió el cuerpo. Acto seguido comenzó a preparar las cosas en su oficina improvisada y conectó su computadora al internet. Una vez cerciorada que la página que ella dirigía tenía la publicidad en órden, y haber verificado su cuenta bancaria para saber los fondos prosiguió con la actualización de su página. Allí se percató que tenía nuevos socios a los que les envió la carta de bienvenida y activó su suscripción. Mientras respondía a varios mensajes un ruido la alertó. La puerta de la casa estaba siendo abierta . No tenía mucho tiempo así que apagó de inmediato la computadora y echó todos los papeles en una gaveta justo cuando se abrió la puerta de para en par y vió en ella a su esposo. Su rostro estaba con un aspecto de enfurecimiento.

--¿Dónde has estado toda la mañana que no respondes el teléfono? Te he estado llamando durante todo el camino hacia acá y no he recibido respuesta tuya.—le dijo él con voz de trueno.

--He estado limpiando y luego vine a navegar un rato en e internet.—Le respondió ella mientras se levantaba de la silla.

--Nosotros no tenemos internet. Por lo menos yo no lo he solicitado y por eso paso más horas en la oficina, porque tengo muchas veces que hacer trabajos y no tenemos el dinero para pagar el servicio. Apenas y tenemos para las cosas básicas del hogar.

--Yo te he pedido muchas veces que me permitas ir a trabajar. Yo puedo aportar un dinero extra al hogar. No tiene que ser un “full time”. Puedo trabajar medio día y aún me sobra tiempo de tener tus cosas listas. Siempre me sobra mucho tiempo después de limpiar la casa.—Se acercó a él lentamente y fué bajando la voz para evitar que los vecinos escucharan sus gritos.

--Desde que empezamos ésta relación te expresé bien claramente lo que quería de tí: una esposa atenta, cariñosa, del hogar; dispuesta a seguir mis pasos en todo momento. Tú aceptaste las condiciones y ahora te corresponde permitir que yo sea el que provea el sustento para nuestro hogar y futuros hijos.

Fabiola le abrazó tiernamente y él la empujó desbalanceándola y cayendo al suelo. Ella abrió grandemente los ojos cuando lo vió salir del estudio en dirección a la sala. Se levantó del suelo y se fué a bañar. No se quedaría en la casa con un hombre que la maltrató por primera vez en 5 años, un hombre al que pensó que conocía.

Mientras se bañaba, lloraba pensando en el año anterior cuando para ésta misma fecha ella fué de tiendas con él y sin que él se diera cuenta le compró un hermoso regalo de cumpleaños. En agradecimiento él le obsequió una noche de pasión. Éste año sería diferente, ella le iba a obsequiar la mejor noche que pueda tener un hombre, pero en ésta ocasión estaba dudando que fuera ella quien estuviera como su compañera. Le daría su último cumpleaños.

Inmediatamente secó sus lágrimas y se vistió con sus mahones favoritos, los que no usaba desde el día antes de su boda, por ser muy sexys. Inmediatamente se puso su camisa más holgada, tomó las copias de las llaves del carro de su esposo y su cartera y muy decidida se encaminó a la puerta. Un fuerte dolor en el pecho la invadió al ver que estaba abandonando su primer hogar. El hogar que le había brindado cinco maravillosos años de felicidad y amor. El mismo que hoy le había dado la espalda.

Al subir al auto no lo pensó dos veces para salir de ahí de inmediato. Sabía que si esperaba un minuto más se arrepentiría. Su primera parada fué en la floristería. Encargó el ramo de flores más hermoso que podía enviarle a un hombre con flores y frutas. En la tarjeta escribió un acertijoy programó que llegaran el domingo a las 7 am a las puertas de la casa. Había hecho los arreglos para que en el trabajo del esposo hicieran una reunión a las 9 am y allí le entregarían un sobre con un segundo acertijo. A la hora del almuerzo con la comida, la factura contendría otro acertijo, pero le darían algo que él no ordenó sólo para que reclame y al mirar la nota leer lo que estaba destinado para él ese día con una dirección.

El segundo lugar al que se dirigió fué un hotel que era económico pero que brindaba un excelente servicio. Allí reservó una habitación, champaña y entregó una nota con otras instrucciones. Le incicó al encargado que traería unas cosas más adelante y que se quedaría hasta ese día en la mañana en la misma habitación. Antes de irse llamó a Nancy, su hermana y le notificó de los cambios de planes. Le indicó que ella haría todas las compras ese día y que se quedaía en el hotel hasta el domingo, que por favor pasara a recogerla en la mañana para ir a terminar de empacar sus cosas mientras su esposo estaba en la reunión del trabajo ese día y la acompañara a buscar un nuevo apartamento la semana siguiente.

Hecho todo ésto se dirigió a la tienda de artículos de adultos más cercana donde compró una película pornográfica, una caja de condones de sabores, una caja de condones lubricados, lubricantes, juegos de dados “picantes”, un kit de Kama Sutra, unas velas con olores y unos aceites de masaje, también compró unas esposas de plumas y dos vendas, body painting de chocolate, látigo y ropa a juego así como otros juegos para ser realizados en pareja. Una vez salió de ahí se dirigió a una tienda de música y compró varios discos de música instrumental bailable.

Se dirigió al auto y recordó una amiga que trabajó como prostituta y fué a visitarla. Al llegar ahí la encontró sola.

--Hola Sofía, disculpa que te moleste pero es que necesito un favor. Eres la única persona que puede ayudarme.

--Bueno, te ayudaré si por lo menos me saludas como debe ser y me cuentas cómo has estado. He visto tu página de internet y la verdad es que parece todo un éxito. Hasta yo estoy suscrita.

Luego de intercambiar saludos y actualizar la información que necesitaban de cada una, Fabiola le explicó en qué consistía su regalo de cumpleaños para su esposo y que necesitaba por favor le consiguiera una muchacha que estuviera sana y tuviera disponibilidad de pasar la tarde del domingo con Julio. Ella le pagaría una buena tarifa para que por favor se protegieran y le complaciera a él en todo lo que le gusta. Dicho ésto Sofía aceptó pero no de muy buen ánimo. Complacida Fabiola se dirigió al hotel.

Tan pronto como Sofía cerró la puerta se dirigió al teléfono y llamó a su esposo Enrique, quien trabaja con Julio para decirle lo ocurrido y tratar que él se hiciera cargo de adelantar la parte de la oficina para el sábado en la tarde y así sorprender a Fabiola, claro luego de haberlo investigado sobre lo ocurrido esa tarde entre ellos. Enrique sabía todo ya que había estado con Julio y éste le contó todo con detalles de lo que escuchó y se lo informó a Sofía. En una hora ya tenían todos los planes hechos para adelantar el regalo de Julio para la media noche del domingo encontrarse con Fabiola.

La tarea no fué fácil pero al cabo de unas horas tenían todos los detalles de los arreglos realizados para la celebración. Los días siguientes pasaron muy ocupados, ya que tenían varios testigos y debían esforzarse para ser discretos y no dejar sospechas a Fabiola. Sofía como excusa de darle ánimos le enseñó varios movimientos de baile, los cuales servirían para esa gran noche de pasión. También practicaron varios escenarios con el vestuario y el látigo, para un futuro poder utilizarlo, sin necesidad de errores que pueden ser fatales en esos momentos.

Julio fué notificado del cambio en la reunión porque se le presentó un inconveniente al jefe y no podían posponer la reunión por lo que sería esa misma noche. La cena sería en un restaurante de un conocido sólo para Enrique y Julio, las flores llegarían a eso de medio día a la oficina, a las 10:30 de la noche, mientras aún estuvieran en el restaurante Julio recibiría una llamada y diría que el amigo tendría que pagar la cuenta y le llevarían una cuenta exageradísima, luego el gerente se disculparía y le daría la comida por la casa, una vez completado eso él recibiría de parte del gerente una nota donde le daba el último acertijo, cerca de la media noche llegarían a la habitación donde él tendría que entrar creyendo que era la esposa de su amigo quien se encontraba en esa habitación con otro hombre.

Sofía y Nancy ya habían hecho todos los arreglos, esa noche irían al cine en una velada sólo para mujeres (a la tanda de las 6 pm), a las 8 pm irían a comer y allí hablarían de sexo para ambientar la noche, al salir de ahí bromearían sobre las películas pornográficas que han visto e irían a una tienda de adultos a comprar vestuario, donde la única que no compraría sería Fabiola, pues utilizaría el que compró para celebrar. Una vez comprado todo, se pondrían la vestimenta y con una cámara de video casera grabarían las fantasías, de forma hablada de cada una de ellas. Para no levantar sospechas Fabiola sería la última y mientras tanto estarían amarrándose y dándose con el látigo suavemente, así tendrían la excusa para haberla amarrado. Cerca de la media noche ambas llamarían a sus esposos para encontrarse en otras habitaciones con ellas y continuarían con la aventura hasta que el primero de ellos llegara, así tendrían una excusa para salir del área del cuarto con batas por encima a recibir a los esposos, con la promesa de regresar a soltarla de la cama. En la habitación dejarían la grabadora con su propio tape encendida como despiste para que conservaran el video de su reconciliación, luego de ellas haberla dejado sóla en la habitación.

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