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Rated: GC · Book · Adult · #1009350
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#371770 added November 9, 2006 at 11:23pm
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Capitulo 5





Una vez que Fabiola soltó a Julio su esposo aprovechó la oportunidad para pedirle disculpas por lo ocurrido. En esos momentos en que habían estado haciendo el amor, se dió cuenta que el mismo hombre que usa sus manos para acariciarla de esa manera no es posible que la quiera maltratar. Una vez que aclararon todas las dudas, referente a la situación que hizo que ella abandonara a su esposo ella buscó la forma para mantenerlo de buen humor aún con todas las noticias que necesitaba darle.

Comenzó a acariciarlo suavemente por todo el cuerpo y cuando lo vió perdiéndose en el espacio maravilloso donde sólo el placer habita decidió comenzar a hablar.

--Julio, mi amor, necesito aclarar varias cosas entre nosotros. En primer lugar, no quiero dejar de trabajar. No me importa que tú sólo tengas un ingreso para mantener nuestro hogar, pero eventualmente la familia va a crecer, tú lo sabes. Creo que hasta mejor que nadie. Nunca hemos tomado demasiadas precauciones para evitar la familia y no espero comenzar ahora.

Esas palabras trajeron a Julio más cerca de la tierra y mientras sentía deseos de abrazarla y callarla con un beso, se contuvo ante este acto de valentía para mantener la paz entre ellos.

--Creo que debes explicarme a que se debe este “speech” tuyo.—le dijo julio a la vez que la abrazaba fuertemente.

--Quiero que tengamos una casa un poco más grande, donde yo pueda tener mi propia oficina. Ya el negocio se está haciendo próspero y quizás necesite contratar un poco de ayuda. Quizás algunas de mis amigas que son amas de casa y se aburren a muerte viendo novelas todo el día. También necesitamos cuartos para ser habitados por nuestros hijos en un futuro cercano.

Ante estas palabras Julio sintió tensión en todos sus músculos, listos para recibir los golpes de un luchador, sabiendo que sería más bien baldes de agua fría lo que recibiría.--¿Cuán pronto? ¿Cuán pronto van a ser ocupados los cuartos para nuestros hijos?—al sentir que ella no contestaba continuó--¡Maldición! Odio cuando te quedas callada, exijo que me contestes.

Al ver que ya sus manos no servirían para mantenerlo tranquilo se levantó sobre un brazo para mantener un poco de equilibrio y a la vez control sobre la situación.—Tan pronto como unos seis o siete meses. No quería que lo supieras antes de hoy, pero bueno ahora hubiera preferido no esperar tanto.

--¿Segura que es mío?

--¿De quién más puede ser? Acaso…--sintió como súbitamente le subieron los colores al rostro y cada cosa caía en sitio.—estuviste escuchando el día que te pedí salir. Pensaste que hablaba con un hombre y por eso regresaste temprano a casa. Pensé que tu coraje podría estar relacionado a otra cosa. ¡Por Dios! ¿No se te ocurrió hacer como muchos maridos? Perseguir a su mujer hasta estar seguro…

No pudo terminar de hablar porque los labios de él se unieron a los de ella en un tierno beso. Jamás pensó que pudiera volver a sentir todo lo que sentía de joven cuando se besaban, pero esto era mejor era un beso lleno de sentimientos, no solo por ella, también por su hijo, de eso estaba segura. Alejó lentamente sus labios de los de él.

--Jamás pregunté que pensabas sobre los hijos.

--Pensé que no te gustaban. Generalmente las mujeres traen el tema tan pronto como se casan, al no hacerlo lo descarté de la lista de posibilidades.

--Entonces no te molestarás si vamos hoy mismo a ver casas. ¿O sí?






Un año después para esa misma fecha celebraron el cumpleaños de Julio recordando. Sólo que ésta vez todos tenían en sus brazos pequeñas criaturitas. Dos de ellas engendradas exactamente el año anterior. Esta vez estaban en el nuevo hogar de Julio y Fabiola y entre todos llenaban las habitaciones de felicidad. Habían comprado un pequeño edificio donde hubicaron sus negocios propios tanto los hombres, como las mujeres. Irónicamente eran páginas web donde daban consejería. Ambos negocios eran exitosos y contaban con todo un equipo de trabajo. En los últimos tres pisos del edificio hubicaron sus hogares los que diseñaron a gusto de ellos. Todos los apartamentos tenían tres pisos y unían a través de los pasillos y compartían el elevador. En el primer piso cada uno de ellos tenía la sala comedor y cocina al que el público en general tenía acceso. Los otros pisos sólo podían ser accesados con llave ya fuera de la escalera o del elevador. En el segundo piso estaban los cuartos y baños y en el último estaban compartiendo habitaciones de entretenimiento como un family room que fácilmente se convertía en sala de cine, un cuarto de billar y un salón de fiestas. También tenían una piscina en una terraza con un área de entretenimiento para niños.

Todos habían hecho sus vidas en común y en navidades los niños estarían con sus abuelos y todos festejarían en privado con sus parejas. Esa podría ser otra historia pero por lo pronto… los problemas no terminan ahí, la hermana menor de César que tenía 19 años y había decidido que no podía seguir viviendo con sus padres porque eran unos anticuados. Ella necesitaba vivir una vida a gusto, donde pudiera entrar y salir a cualquier momento. Pronto Evelyn sabría que no es tan fácil cuando una se enamora y decide dejar todo a un lado para unirse al hombre que ama. Peor aún cuando su muy moderno hermano se convierte en un viejo anticuado.
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