Con el corazón latiendo más deprisa de lo normal te sientas en uno de los taburetes del bar mientras contemplas como una pareja que no mide más de medio metro se dan el lote a unos pocos metros de ti.
Al darte la vuelta, te quedas impresionado de lo guapa que es la sonriente camarera que te atiende. Morena de pelo largo, la guapa muchacha guarda un sorprendente parecido con la famosa actriz Jennifer Connelly. Sólo consigues balbucear.
- No te preocupes, guapo. Respira hondo. Está claro que es tu primer viaje a Reducia. Les pasa a todos.
La sonrisa que acompaña estas amables palabras hace que te suba la temperatura.
- Gracias- dices cuando por fin logras controlarte, aunque sigues sin poder apartar la mirada de esos ojos penetrantes.
Dudas antes de responder. Se trata de una pregunta bastante personal ya que nunca antes habÃas confesado a una mujer real tus fantasÃas secretas. La duda, sin embargo, sólo dura un segundo. Está claro que si estás en esta isla es por algo. Además, es imposible negarle nada a esta belleza.
- Del segundo grupo más bien - atinas a responder.
- Genial. Me gustan los hombres con un tamaño más manejable, de los que pueda abusar - te estremeces al oÃr esa frase-. Me encanta tener el control.
Es un sueño erótico hecho realidad. No puedes pensar con claridad.
- Mira guapo, lo mejor es que empieces a disfrutar lo antes posible. Tienes dos opciones: o vas poco a poco y pierdes, digamos, un 20 o un 30 por ciento de tu altura o vas directamente a algo más serio: un 90 por ciento.
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